¿Qué es un sínodo?
Si tú hicieses esa pregunta a alguien cercano un amigo, un familiar, compañero de trabajo, ¿qué respondería?, ¿qué gesto haría? Sería bueno pasar a otro nivel. ¿Por qué estamos haciendo un Sínodo?
Si Dios te tiene viendo este momento es porque seguramente eres parte de este proyecto divino. ¿Sabes, qué queremos hacer? Queremos caminar juntos. Sí, así es caminar juntos y en clave sinodal poder entonces encontrarnos, escucharnos, valorarnos, dar el respeto y la dignidad que cada uno tiene. Es importante que tú sepas que tú eres muy valioso para tu parroquia, eres valioso para esta Arquidiócesis de Santiago de Guatemala. Así que te invito a que juntos con nuestro arzobispo porque todos somos iglesia con Monseñor Gonzalo, hagamos este camino de qué, de construir el Reino de Dios a pesar de los desafíos, a pesar de las dificultades. Así que vamos adelante, manos a la obra y empecemos.
En octubre de 2021 el Papa Francisco convocó en Roma al Sínodo de la Sinodalidad o Sínodo de los Obispos, el que continúa en desarrollo a la luz de este nuevo despertar el Espíritu Santo inspiró a nuestro arzobispo monseñor Gonzalo de Villa a realizar en la arquidiócesis de Santiago que comprende los departamentos de Guatemala y Sacatepéquez el II Sínodo Arquidiocesano.
Y como referencia te contamos que el Primer Sínodo en nuestra arquidiócesis fue convocado y presidido por monseñor Próspero Penados del Barrio. Dicho Sínodo dio lugar en el año 1994 al Plan Pastoral vigente en la Arquidiócesis y que contó con la guía y acompañamiento de monseñor Juan José Gerardi Conedera, Vicario Pastoral en ese entonces. 35 años después es más que necesario ponernos frente a la realidad actual. Creo que todos compartimos que los tiempos han cambiado y que juntos tenemos que escuchar al Espíritu Santo y con su ayuda encontrarnos y escucharnos, para discernir los nuevos desafíos pastorales, cooperando activamente para tomar las decisiones oportunas para que todos realicemos una conversión personal, pastoral y social. Como recordarán el 4 de junio pasado se inauguró nuestro II Sínodo con la participación de párrocos, fieles de todas las vicarias territoriales, religiosos y religiosas, movimientos laicales en representación de todo el pueblo de Dios, nos corresponde ahora continuar este camino y llevarlo a buen término, monseñor Gonzalo nos dijo en aquel acto inaugural que: «Será un desafío muy grande, pero a la vez es un proceso necesario».
¡Qué dices! Como Agente Sinodal estás con el deseo de seguir siendo parte de este maravilloso caminar juntos. ¿Cuál es tu respuesta? estoy segura que Dirás ¡Sí! Como nuestra madre María.
Verás como con el transcurrir de las etapas y dedicándole tiempo a leer el material que se te proporcionará, irás comprendiendo lo que es un sínodo, en pocas palabras es: Caminar Juntos, laicos, párrocos y obispos, para seguir construyendo el Reino de Dios, atendiendo las más urgentes necesidades pastorales y eclesiales de la sociedad actual. Es un caminar juntos haciendo vida tres verbos: en comunión, participación y misión, los cuales los iremos materializando sobre la marcha. Te contamos que el Sínodo tiene tres etapas de las cuales iremos hablando poco a poco pero ahora ubiquémonos en la primera, en la que estamos ahora, que es la de encuentro y escucha.
¿Pero, por qué estamos aquí? ¿Por qué vamos a colaborar en hacer un Sínodo? Voy a darte 10 tips que seguramente iluminarán esta jornada, pon mucha atención.
Primero: para descubrir los modos con que el espíritu nos va impulsando y juntos escuchar lo que el Espíritu Santo dice hoy a la iglesia que peregrina en esta Arquidiócesis de Santiago, porque el protagonista de la vida y misión de la iglesia es precisamente el Espíritu Santo.
Segundo: para escucharnos dialogar y juntos buscar líneas comunes en acción Pastoral que respondan a nuestra realidad concreta, en la cual debamos seguir anunciando el evangelio y construyendo el reino de Dios.
Tercero: para escuchar atentamente y con respeto a los que no están hoy dentro de la iglesia a los que piensan diferente a nosotros y cuestionan nuestra forma de ser cristianos, para escuchar las periferias geográficas y existenciales es decir a todos los que el mundo o la misma iglesia ha marginado.
Cuarto: para provocar el discernimiento comunitario en la escucha activa y receptiva entre nosotros que nos llene de esperanza y juntos ser testigos del amor de Dios.
Quinto: para elaborar un proyecto pastoral que sea un instrumento adecuado que nos ayude a caminar juntos sin multiplicar esfuerzos en la búsqueda de concretizar una iglesia en salida, samaritana y hacer realidad la iglesia deseada por el Concilio Vaticano II.
Sexto: para vivir un proceso eclesial participativo e inclusivo que ofrezca a cada uno en particular a cuantos por diversas razones se encuentran en situaciones marginales la oportunidad de expresarse y de ser escuchados para contribuir en la construcción del pueblo de Dios.
Séptimo: para reconocer y apreciar la riqueza y la variedad de los dones y de los carismas que el espíritu distribuye libremente para el bien de la comunidad y en favor de toda la familia humana.
Octavo: para asumir en corresponsabilidad el anuncio del Evangelio y el compromiso por construir un mundo más humano y habitable.
Noveno: para examinar todas aquellas prácticas que en la iglesia se pueden considerar desordenadas que no están radicadas en el evangelio y que debemos corregir.
Décimo: para que el espíritu nos renueve y nos entusiasme y recuperemos la ilusión por la misión que Cristo nos ha encomendado y que la pandemia pudo habernos quitado.
Tienes ahora más claridad de por qué que estamos haciendo sínodo. Espero que así sea, pero si aún tienes dudas no te preocupes porque el camino es largo y con la ayuda del Espíritu Santo y con la lectura de los materiales a tu disposición se despertará en ti ese ferviente deseo de ser protagonista de este despertar eclesial. Ahora dile al hermano o hermana que está cerca de ti por estamos haciendo sínodo y con la alegría que viene de servirle al Señor y con la humildad del santo hermano Pedro y el testimonio fiel del siervo del Señor padre Hermógenes, siéntete alegre de ser parte de este II Sínodo Arquidiocesano.
Con la convicción de sentirnos iglesia, Dile al hermano o hermana está la par tuya: ¡Sinodalízate! repíteselo ¡Sinodalízate! y ten presente el lema de nuestro II Sínodo Arquidiocesano: «Caminemos juntos, viviendo y anunciando el Evangelio» Digámoslo todos a una sola voz con fuerza: «Caminemos juntos, viviendo y anunciando el Evangelio».